Uno de los principales puntos a tener en cuenta es la eliminación de obstáculos. Alfombras sueltas, cables expuestos o muebles mal ubicados pueden ser factores de riesgo de caídas. Es recomendable fijar bien las alfombras al suelo o eliminarlas por completo, asegurar los cables contra las paredes y reorganizar los muebles para permitir un paso amplio y despejado.
El baño es una de las áreas más peligrosas debido a la combinación de humedad y superficies resbaladizas. Para mejorar la seguridad, es aconsejable instalar barras de apoyo cerca del inodoro y dentro de la ducha, colocar pisos antideslizantes y optar por sillas de baño en caso de que la persona tenga dificultades para mantenerse de pie. También se recomienda regular la temperatura del agua para evitar quemaduras accidentales.
En la cocina, es esencial facilitar el acceso a los utensilios y electrodomésticos. Se deben colocar los objetos de uso frecuente a una altura cómoda para evitar la necesidad de agacharse o estirarse demasiado. Además, es recomendable instalar sistemas de apagado automático en cocinas eléctricas o de gas, reduciendo así el riesgo de incendios.
La iluminación juega un papel clave en la seguridad del hogar. Un espacio bien iluminado previene tropiezos y caídas, especialmente en pasillos, escaleras y entradas. Colocar luces nocturnas en habitaciones y baños es una buena estrategia para evitar accidentes cuando la persona se levanta durante la noche. Asimismo, los interruptores deben estar ubicados en lugares accesibles y, si es posible, reemplazarse por sistemas de luz con sensores de movimiento.
Las escaleras representan un desafío para quienes tienen movilidad reducida. En caso de ser necesario, instalar pasamanos firmes a ambos lados y marcar los escalones con cintas antideslizantes mejora la seguridad. Si la movilidad es muy limitada, puede evaluarse la instalación de un elevador o una rampa para facilitar el acceso a otras plantas de la vivienda.
Además de estas adaptaciones físicas, es importante contar con tecnología que brinde mayor tranquilidad. Sistemas de teleasistencia, timbres de emergencia y teléfonos con botones grandes permiten que la persona pueda pedir ayuda en caso de necesidad. También se recomienda colocar cerraduras accesibles y de fácil manejo para evitar que queden atrapados dentro de la casa.
Crear un ambiente seguro no solo previene accidentes, sino que también brinda confianza y tranquilidad tanto a la persona mayor como a su familia. Adaptar el hogar con medidas prácticas es una forma de promover la autonomía y mejorar la calidad de vida, permitiendo que las personas disfruten de su espacio con mayor seguridad y comodidad.